Hélène Marra//
Desde hace varias décadas, Italia ha llevado a cabo una política migratoria abyecta que viola los derechos humanos y pone en peligro la vida de muchas personas que intentan llegar a Europa.
Criminalización de la circulación, limitación del derecho de asilo, externalización del control fronterizo, detención de migrantes en los llamados países “seguros”: esta es la política xenófoba que Giorgia Meloni pretende ahora erigir como “modelo” para los demás países de la Unión.
El arte de gobernar por el miedo
Las políticas de cierre de fronteras se han convertido en formas de gobernar por miedo al otro y esto a pesar de su dimensión inhumana e ineficaz. La Europa fortaleza ha establecido un sistema institucionalizado de segregación espacial y social con respecto a las poblaciones extracomunitarias. Amenazando el principio de igualdad de derechos, la ideología de la preferencia nacional está siendo defendida de una manera cada vez más desinhibida por la derechas extremas europeas e internacionales. En materia de inmigración, las y los líderes soberanistas parecen en efecto estar muy unidos. Esto es lo que se desprende de la reunión organizada en Bruselas por la primera ministra Giorgia Meloni, a la que también se sumó Ursula von der Leyen.
Décadas de políticas inhumanas
A principios de la década de 2000, la ley “Bossi-Fini” (por los nombres de los dos ex ministros de la Liga del Norte y de la Alianza Nacional que habían tomado su iniciativa en el marco del primer gobierno de Berlusconi) había acelerado el proceso de criminalización de las y los migrantes considerados en situación irregular. Los gobiernos de centro-izquierda no lo hicieron mejor. En 2017, bajo Gentiloni, Italia firmó un acuerdo con Libia que proporcionaba ayuda económica y apoyo técnico a las autoridades libias para reducir los flujos migratorios. Devoluciones, detención arbitraria, violaciones y violencia: lo que ocurre en los centros de detención de Libia ha sido ampliamente documentado bajo los ojos cómplices de Europa. Unos años más tarde, llegaba el turno del antiguo ministro del Interior Matteo Salvini, al frente de un gobierno de coalición con el movimiento Cinco Estrellas, de prever fuertes sanciones y la confiscación de los barcos de rescate de las organizaciones humanitarias.
La nueva propaganda de los “países seguros”
Para la extrema derecha en el poder, la gestión propagandística de los flujos migratorios articulada con las medidas liberticidas y antisociales sirve para ocultar el inmovilismo del orden económico burgués. En este ámbito, Meloni demuestra una verdadera ferocidad anti-personas migrantes.
El decreto 20/2023 (llamado cínicamente “decreto Cutro”, por el nombre del pueblo calabrés que experimentó el trágico naufragio de migrantes en febrero de 2023) ha limitado fuertemente el derecho de asilo y ampliado la categoría de personas migrantes que pueden ser deportadas, especialmente si provienen de la lista de “países seguros”. Fuertemente criticado por las y los juristas, el “decreto flujo” del 2 de octubre restablece la apelación para las decisiones de protección internacional. La norma, recientemente aprobada en el decreto sobre el Sur, prevé la duplicación de los centros de detención y repatriación y amplía el período de detención de 6 a 18 meses para las y los migrantes a repatriar. Firmado por el jefe de Estado Sergio Mattarella, el “decreto sobre países seguros” tiene como objetivo poder rechazar, pretendiendo tener en cuenta las normas humanitarias, a la masa de migrantes que huyen de las crisis económicas y medioambientales o de las condiciones de explotación y opresión. Meloni pretende así repetir las transferencias de migrantes a Albania desafiando las sentencias de los tribunales italianos que, basándose en la Convención de Ginebra, rechazan la detención masiva de las personas solicitantes de asilo. Las primeras investigaciones realizadas sobre los centros de migrantes en Albania muestran que el procedimiento aplicado es totalmente ilegítimo: la clasificación de las personas migrantes que son dirigidas a Albania se realiza sobre la base de cuestiones genéricas como los documentos y la declaración de su nacionalidad /1.
El Mediterráneo central sigue siendo una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. Más de 30 000 personas perdieron la vida en él entre 2014 y hoy (según la OIM) /2. El hecho de que Europa aplauda las medidas adoptadas por el gobierno italiano es una señal preocupante del giro reaccionario y autoritario que el viejo continente parece dar a pasos agigantados.
L’Anticapitaliste – 727 (31/10/2024)
Traducción: F.E.
Notas