
Dan La Botz//
Donald Trump intensifica sus ataques contra las personas inmigrantes, con comentarios racistas y una avalancha de nuevas regulaciones. Pero la resistencia también se amplifica.
Desde el ataque armado perpetrado el 26 de noviembre por un migrante afgano contra dos miembros de la Guardia Nacional en Washington, D.C. en el que murió uno de ellos y resultó herido gravemente el otro, Trump ha restringido significativamente la inmigración, ha amenazado con revocar el estatus de las y los inmigrantes legales y ha ordenado a los servicios de inmigración y Aduanas (ICE) intensificar las detenciones y deportaciones. Estas medidas, motivadas por sus actitudes racistas y su estrategia política, trastornan las políticas históricas de inmigración de Estados Unidos y la cultura política del país.
Cambio histórico
Trump ha declarado una «pausa permanente» en la inmigración proveniente de los «países del tercer mundo». También ha ordenado el cese de las concesiones de asilo y declarado que cada solicitante de asilo estaría sujeto a un control “lo más completo posible”. También dijo que todas las solicitudes de asilo concedidas bajo la era Biden serán reexaminadas. Ha suspendido todas las solicitudes de inmigración y visados para las y los afganos. Ordenó una “revisión completa y rigurosa” de todas las tarjetas verdes expedidas a los nacionales de 19 “países preocupantes”, incluidos Afganistán, Cuba, Haití, Irán y Somalia. Las tarjetas verdes son documentos que otorgan el estatus de residente permanente, el derecho a vivir y trabajar indefinidamente y a solicitar la ciudadanía estadounidense. También pidió la “desnaturalización” (retirada de la ciudadanía estadounidense) y la rápida expulsión de las personas consideradas de riesgo para la seguridad o “incompatibles con la civilización occidental”.
Todo esto frena considerablemente la inmigración a los Estados Unidos y representa no solo un giro jurídico de la política de inmigración estadounidense, sino también una profunda transformación de la cultura política estadounidense que, durante décadas, generalmente ha acogido bastante bien a los inmigrantes y ha considerado la inmigración como una base de la sociedad estadounidense. Las palabras del poema The New Colossus de la poetisa Emma Lazarus, escritas en la estatua de la Libertad – “Dame a tus pobres, a tus agotados, a tus innumerables masas que aspiran a vivir libres” – han sido ahora borradas por Trump.
Focalización racista en las y los somalíes
Al mismo tiempo, Trump ha lanzado una diatriba racista contra las personas inmigrantes somalíes de Minnesota. Huyendo de la guerra civil, las y los somalíes comenzaron a emigrar a esta región en la década de 1990 y ahora hay alrededor de 100.000 viviendo allí. Trump los calificó de “desechos” que “no aportan nada”. Mencionó específicamente a la diputada Ilhan Omar (izquierda del Partido Demócrata), una inmigrante somalí, calificándola de “desecho”. “No los quiero en el país”, dijo. El ICE envió entonces a 100 agentes federales a la región de Minneapolis-St. Paul para agrupar y expulsar a las y los inmigrantes. La ironía es que el 90% de las personas somalíes que viven allí son ciudadanos estadounidenses de nacimiento o naturalizados, mientras que cientos de otros tienen otro estatus legal.
Resistencia militante a las incursiones del ICE
Mientras tanto, Trump sigue enviando agentes del ICE a las ciudades y estados gobernados por los demócratas: Los Ángeles, Chicago, Nueva Orleans, Charlotte y Washington, D.C., y por lo tanto, más recientemente, Minneapolis y St. Pablo. Cuando se presentan los agentes del ICE, los habitantes se organizan para apoyar a los inmigrantes y resistir.
Recientemente, en Nueva York, cuando unos cincuenta agentes del ICE llegaron a un aparcamiento de Chinatown, los residentes hicieron algunas llamadas telefónicas y, rápidamente, 200 personas vinieron a bloquear el edificio y les impidieron proceder a las detenciones. Los Ángeles y Chicago tienen redes locales bien desarrolladas que organizan la resistencia. Matthew Hunter, un activista de Los Ángeles desde hace mucho tiempo, dice: “Pero tenemos que establecer estructuras de lucha permanentes para sobrevivir a esto”. Y eso es lo que se hace. Junto con otros, ha creado una “red de respuesta rápida” para responder a las redadas del ICE en Los Ángeles. En Chicago, las y los activistas distribuyeron 120.000 potentes y estridentes silbatos, acompañados de un folleto que explica cómo utilizarlos para alertar al vecindario en caso de una redada del ICE.
Trump nos oprime pero, en todas partes, la respuesta se organiza.
Semanario L’Anticapitaliste – 779 (11/12/2025)
Traducción: Satorzulogorria
