IV Internacional: “Se trata de un Manifiesto Ecosocialista, un Manifiesto del marxismo revolucionario de hoy”
Cté de redacción de L´Anticapitaliste//
Entrevista. La IV Internacional, que celebra su congreso en febrero de 2025, discutirá “Romper con el crecimiento capitalista, por una alternativa ecosocialista” en torno a un Manifiesto del marxismo revolucionario en la era de la destrucción ecológica y social. Le pedimos a Christine Poupin que nos contara más sobre este manifiesto.
¿Cómo surgió la idea de este manifiesto y cómo se elaboró?
En junio de 2018, en una reunión del Buró, un compañero dijo que deberíamos trabajar en un proyecto de sociedad futura. Rara vez he visto una propuesta ganar tal adhesión. La falta de un horizonte que entusiasme es tan evidente que esta propuesta apareció como una obviedad, y se empezó a trabajar en ella. El Comité Internacional de 2019 discutió una “Propuesta para un debate programático” y decidió continuar el debate de forma amplia y pública. Durante 2020, tres comisiones -sobre ecología, cuestiones LGBTIQ y opresión de las mujeres y feminismo- han elaborado cada una una contribución sobre el tipo de sociedad que queremos. A continuación, se formó un grupo de trabajo para realizar su redacción. Primer plan, primeras redacciones de las diferentes partes, intercambios con científicos… Un trabajo de varios meses conduce a una primera “Contribución al desarrollo de un programa ecosocialista en el marco de la necesaria reducción de la producción material global” que es adoptada como base de trabajo por el Comité Internacional de febrero de 2022. Ahora es un texto global en el que “el mundo por el que luchamos” ocupa un lugar importante. El trabajo continúa – informe en octubre de 2023, cambio de plan, cambio de título… – para dar lugar a una versión «provisionalmente definitiva» adoptada por el Comité Internacional de febrero de 2024. Es esta versión la que, traducida al francés, inglés, castellano, árabe, portugués… se discute en las diferentes secciones. Discusiones que dan lugar a numerosas enmiendas, aportando aclaraciones, matices, complementos. Un nuevo trabajo de enriquecimiento del documento da lugar al texto que se somete a votación del Congreso Mundial de febrero de 2025.
A partir de ahí, el Manifiesto comienza una nueva vida pública, porque queremos que se debata ampliamente mucho más allá de las filas de la Cuarta Internacional.
¿Cuál es la importancia de tal texto y cuál es su objetivo para la IV Internacional?
Creo que este texto es muy importante para la IV Internacional, y más allá. Solo una primera aclaración: no es un texto “ecologista”. Ya hemos adoptado textos importantes sobre ecología en el XV Congreso de 2003 con “Ecología y socialismo” y en el último congreso de 2018 con “La destrucción del capitalismo ambiental y la alternativa ecosocialista”. Esto es otra cosa; es realmente un Manifiesto Ecosocialista, un Manifiesto del marxismo revolucionario de hoy. Decir “hoy” significa en una situación que está sobredeterminada por la amenaza de cataclismo que el trastorno climático impone a la humanidad. Y esto condiciona nuestro programa, nuestro proyecto.
Desde la introducción, el texto da el marco y el nivel de lo que está en juego. Nuestra época es la de una doble crisis histórica: la crisis de la alternativa socialista frente a la crisis multifacética de la “civilización” capitalista. El objetivo es contribuir a responder a esta crisis de la alternativa. Contribuir a partir de los logros históricos de nuestra corriente, marxista, revolucionaria, antiburocrática y de sus actualizaciones inspiradas en las luchas sociales y ecológicas, y en las reflexiones críticas anticapitalistas que se desarrollan en el mundo.
Estamos convencidas y convencidos de que la revolución es más necesaria que nunca, no solo para acabar con la explotación, la opresión, el dominio del capital sobre nuestras vidas, sino también para “activar el freno de emergencia” y salvar a la humanidad de una catástrofe ecológica sin precedentes en la historia de la humanidad. Pero también estamos convencidos de que no basta con decir “una sola solución la revolución” (¡aunque sea cierto!) … Necesitamos comprender mejor el mundo y las múltiples crisis que lo sacuden, y sobre esta base construir un programa de reivindicaciones a partir de las necesidades y demandas de las y los explotados y oprimidos, un programa que inevitablemente plantea la cuestión del poder, ¿quien dirige? ¿Quién posee? Un programa para ayudar a actuar, porque sabemos que es en la acción, en la autoorganización donde se construyen el deseo, la fuerza y la conciencia de poder cambiar el mundo.
En nuestro vocabulario, esto se llama el proceso de transición. ¡Nada más clásico! Pero es absolutamente necesario actualizar su contenido para responder a las amenazas y desafíos globales que plantea la crisis ecológica.
¿La existencia de este manifiesto expresa un cambio de período, en el sentido leninista, y/o un cambio de paradigma político para la IV Internacional?
¡Dos veces sí! El mundo está en un momento de cambio. Como dice nuestro compañero Daniel Tanuro: “Es demasiado tarde para evitar la catástrofe, se trata de evitar que se convierta en un cataclismo. Lo que está en juego es la sostenibilidad física de la especie humana en el único planeta habitable del sistema solar ”.
La conmoción ecológica no es una manifestación entre otras de la crisis histórica del capitalismo. Está en el corazón de las contradicciones insuperables de este sistema, que éste agrava mientras él mismo es agravado por estas contradicciones.
Por lo tanto, ya no se trata solo de integrar la ecología en algunos capítulos de nuestro programa, sino de hacer del respeto por los equilibrios ecológicos del planeta su hilo conductor.
Hemos estado usando el término “ecosocialismo” durante mucho tiempo, pero necesitamos sacar todas las implicaciones. La disminución del consumo global de energía, por lo tanto, la disminución de la producción material y del transporte, es una restricción física ineludible. El decrecimiento no es ni un programa ni un proyecto de sociedad, sino un decrecimiento justo, que tiene en cuenta las responsabilidades diferenciadas y las consecuencias desiguales, debe impregnar nuestro programa, todo nuestro programa.
También se trata de integrar plenamente las contribuciones del feminismo en el lugar de la reproducción social y de poner el cuidado de los humanos y los seres vivos en el centro. La obligación de romper con el absoluto productivismo, que ha impregnado y aún impregna el movimiento obrero, también tiene implicaciones estratégicas. Debemos partir de las luchas ecosociales existentes, para ganar la participación de las y los asalariados y arrancarles de la hegemonía productivista del capital, que es un reto decisivo. Así, las luchas antiproductivistas y contra todas las opresiones no están al lado de las luchas contra la explotación, sino que forman parte de la lucha de las clases viva. Este es el significado de este proyecto de Manifiesto. Hacer realmente del ecosocialismo nuestro programa.
Semanario L’Anticapitaliste – 743 (27/02/2025)
Traducción: Faustino Eguberri