satorzulo gorria

Camille Popinot /1//

24/03/2025

Los recientes debates en el Parlamento Europeo han permitido una vez más ilustrar las profundas divisiones que atraviesan a la izquierda europea en cuestiones de seguridad colectiva y, en particular, sobre la cuestión de la solidaridad armada con Ucrania.

De facto, toda una parte de la izquierda europea /2 se opone a los suministros de armas a Ucrania, en particular  en nombre de la defensa de los servicios públicos nacionales. La defensa de la solidaridad social nacional se opondría así, según algunos y algunas, a la seguridad de las y los trabajadores y trabajadoras ucranianos.

Sin embargo, más allá de estas posiciones que enmascaran mal un “nacionalismo disfrazado”/3 por usar la fórmula de Hanna Perekhoda, estas divisiones también atraviesan a la izquierda que reivindica explícitamente la solidaridad internacional, el internacionalismo y el eslogan de “¡Trabajadores y trabajadoras de todos los países uníos! Así, en el 18º Congreso de la IV Internacional de febrero de 2025, se sometieron a votación dos resoluciones/4  sobre Ucrania. La primera, adoptada por una mayoría muy amplia (95 votos a favor, 23 en contra y 3 abstenciones), apela claramente a la solidaridad armada con el pueblo ucraniano que “merece todos los medios necesarios para defenderse” contra una agresión imperialista. La segunda, ampliamente rechazada (31 a favor, 80 en contra y 9 abstenciones), reclama “el cese de las entregas de armas por parte de los países imperialistas”.

Aunque bastante confusa y, como mínimo contradictoria, esta última resolución retoma los principales argumentos que se despliegan hoy en la izquierda y la extrema izquierda para oponerse a los suministros de armas a Ucrania, tanto en Europa como en América del Norte. A modo de ejemplo, en Quebec, son más o menos los mismos argumentos los utilizados por el Collectif Échec à la guerre/5, para oponerse al apoyo armado a Ucrania. Cabe subrayar que este colectivo incluye el único partido de izquierda en el Parlamento, Quebec solidario, pero también el Partido Comunista de Quebec, muchos sindicatos de la CSN, la FTQ, la Federación de Enfermeras de Quebec, las principales organizaciones feministas, la Liga de Derechos y Libertades, Attac-Québec, etc.

Dada la importancia de estos debates para el internacionalismo y las divisiones sobre esta cuestión, vamos a examinar aquí a tres argumentos presentados en la “resolución alternativa” defendida por estos “internacionalistas”.

“Guerra a la guerra” y los llamamientos a la sumisión

El primero, el más frecuentemente utilizado, es un argumento pacifista. Es “esencial”, nos dicen, que la clase trabajadora retome el eslogan “Guerra a la guerra”. Es obvio, se puede leer en la resolución, que “alimentar el conflicto con armas occidentales (primero armas ligeras, luego blindados, bombas de fragmentación, aviones de combate y misiles de medio y largo alcance) ha contribuido a la escalada y a la prolongación de la guerra, a la multiplicación de muertes y destrucción y nos ha acercado peligrosamente a una guerra mundial”.

Por lo tanto, se les pide a las y los ucranianos (exclusivamente a ellos y ellas por el momento) que piensen un poco en los demás, que dejen de resistir innecesariamente al imperio nuclear ruso y que finalmente acepten negociar la partición del territorio: pero cuidado, se les dice, deben bajar las armas y negociar teniendo cuidado de evitar un «división injusta» de su territorio por parte de los imperialistas.

Estos son llamamientos a la sumisión y a la negociacion sin correlación de fuerzas, en nombre de la paz y la solidaridad internacionales, con graves consecuencias para la clase trabajadora, mientras que la lista de proyectos coloniales de los imperialistas con armas nucleares se extiende continuamente (desde Palestina, pasando por Canadá, Groenlandia, Panamá, Estonia, Georgia, Moldavia, Taiwán…).

Una “guerra por poderes” y la cuestión de las armas etiquetadas antiimperialistas

El segundo argumento para oponerse a las entregas de armas a Ucrania está relacionado con la forma de caracterizar el conflicto. Se trata de “una guerra por poderes interimperialista ” según nos dicen las y los autores de la resolución alternativa.

Así, contrariamente a lo que afirman simplemente las y los primeros interesados y casi todas las organizaciones sindicales, feministas, socialistas y anarquistas ucranianas, no se trata de una guerra de liberación nacional contra un Estado invasor cuyos dirigentes siguen repitiendo que Ucrania no existe y que debe someterse. En absoluto. Ciertamente, es complicado, y hay que conocer su historia y “abrir el enfoque”, pero en realidad es una guerra de imperialistas. Es una guerra provocada por la OTAN, los imperialistas estadounidenses primero y ahora, desde el acercamiento entre Trump y Putin, por los imperialistas de la Unión Europea, contra Rusia.

¿La prueba de que se trata de una guerra provocada? Los Estados occidentales llevan mucho tiempo llenando sus bolsillos vendiendo armas a Ucrania y ahora utilizan al pueblo ucraniano (¿ingenuo? ¿sumiso? ¿cómplice?) como carne de cañón para debilitar a Rusia. Por lo tanto, en este contexto, la clase trabajadora ucraniana e internacional no tiene que hacer el juego a ninguno de estos imperialistas y debe luchar por sí misma, con sus propias armas.

La lección que hay que recordar para la próxima vez es que si los ucranianos y otros pueblos invadidos y colonizados desean beneficiarse de la solidaridad obrera internacional para defenderse, tendrán que arreglárselas con sus propios medios militares o tener un poco más de cuidado que los ucranianos en sus licitaciones y la selección de sus vendedores de armas. En particular, tendrán que demostrar el carácter “antiimperialista” (¿o incluso “eco-responsable”?) de sus armas. De lo contrario, harán “por poderes”, según el razonamiento de estos “internacionalistas”, el juego a los imperialistas.

“El principal enemigo está en nuestro propio país” y la búsqueda del gobierno colonizado ideal

Finalmente, últimamente, en lugar de resistir al invasor y dividir a la izquierda reclamando cada vez más armas, se pide a los ucranianos que barran su propia casa y que se ocupen un poco de sus asuntos, comenzando por luchar contra su propio gobierno neoliberal y corrupto. Es “esencial” que las y los ucranianos tengan en cuenta que “el principal enemigo está en nuestro propio país”, se puede leer en la resolución.

Recordaremos entonces que la naturaleza del régimen político del país es aquí un criterio para beneficiarse de la solidaridad obrera internacional, cuando uno es invadido por una potencia imperialista que proclama alto y claro que quiere anexionarte, parcial o totalmente según los días. Sin embargo, no sabemos muy bien qué régimen político (¿según qué criterios políticos?)  podría beneficiarse de la solidaridad obrera de estos “internacionalistas” en caso de invasión imperialista. En cualquier caso, los panameños, los canadienses, los taiwaneses, los estonios, etc. ya están advertidos: ¡elegid bien vuestros próximos gobiernos si deseáis beneficiaros de la solidaridad internacional en caso de invasión!

Para ayudarles a tomar la decisión correcta, se puede decir que, en esta lógica, es mejor estar dirigido por fundamentalistas religiosos que por neoliberales. De lo contrario, estos «internacionalistas» ciertamente no habrían dejado de pedir a los palestinos que empezaran a luchar contra Hamas y dejar de resistir innecesariamente al poder nuclear israelí para, eventualmente, poder optar por la solidaridad obrera internacional.

Traducción: Faustino Eguberri

Notas

1/ Artículo publicado el 24 de marzo de 2025 en el sitio web de Quebec Presse toi à gauche. https://www.pressegauche.org/Les-livraisons-d-armes-a-l-Ukraine-et-l-Internationalisme traducido de https://www.syllepse.net/syllepse_images/soutien-a—lukraine-re–sistante–n-deg-38.pdf

2/ https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-10-2025-0033_ES.html

3/ https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article74145 .

4/ https://fourth.international/index.php/es/congresos-mundiales/874/europa/673

5/ https://echecalaguerre.org/au-dela-de-la-fin-de-la-guerre-une-paix-juste-en-ukraine/