Dan La Botz//
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero promete traer un cambio radical y fundamental en todos los aspectos de la economía, la sociedad y la política estadounidenses.
Su elección es la expresión del agotamiento del orden liberal (y neoliberal) y del establecimiento de un nuevo régimen en los Estados Unidos. Sus promesas y proyectos amenazan no solo el orden mundial, tal como es hoy, sino también al propio planeta.
Volver a poner a Estados Unidos en el centro de la dominación mundial
El orden liberal moderno nació en la década de 1930 bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt y los demócratas que llevaron a cabo reformas fundamentales para hacer frente a la Gran Depresión y luego a la Segunda Guerra Mundial, cambios que llevaron al dominio estadounidense en Occidente, a través de la OTAN, a lo largo de la Guerra Fría y al establecimiento de un estado de bienestar, aunque fuera débil, dentro del país. El sistema se fortaleció a mediados de la década de 1960 cuando el demócrata Lyndon B. Johnson, en respuesta al movimiento por los derechos civiles de las y los negros, promulgó la Ley de Derechos Civiles y la Ley del Derecho al Voto, que finalmente les convirtió en ciudadanos de pleno derecho. En 1970, bajo los auspicios del republicano Richard Nixon, se creó la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, cuando el antiguo orden alcanzaba su apogeo.
El orden liberal comenzó a desintegrarse a partir de la década de 1970, cuando Japón y Europa Occidental comenzaron a convertirse en competidores económicos, al igual que los Tigres Asiáticos (Corea del Sur, Taiwán y Singapur). En respuesta, en la década de 1980 el republicano Ronald Reagan y la conservadora Margaret Thatcher lideraron la reorganización neoliberal de la economía mundial basada en la apertura de mercados, la privatización y la desregulación, así como en el debilitamiento de la protección social y los ataques contra los sindicatos. La caída de la Unión Soviética en 1991 parecía representar la victoria de Estados Unidos y del capitalismo mundial, pero duró poco. El ascenso de China, que se ha convertido en un competidor económico de Estados Unidos, y la decisión de Vladimir Putin de intentar reconstruir el imperio ruso como rival militar han puesto fin al dominio mundial de Estados Unidos.
Trump, un brillante populista que esta vez ganó el voto popular en las elecciones presidenciales, aunque sea por poco, ahora propone «devolver a Estados Unidos su grandeza» reorganizando fundamentalmente la vida social y económica del país y reafirmando el poder mundial de Estados Unidos. Aunque hizo campaña presentándose como el candidato de las y los trabajadores, eligió a una docena de multimillonarios para su gabinete y otros puestos de alto nivel, y les confía responsabilidades. Los aliados de Trump son ahora magnates de la tecnología como Elon Musk de SpaceX, Mark Zuckerberg de Meta y Jeff Bezos de Amazon.
En política exterior, el deseo de Trump de incorporar Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá a los Estados Unidos no es solo para escandalizar, sino que expresa su proyecto de reafirmar el control de Estados Unidos sobre las Américas como fundamento de la dominación mundial. Amenaza y abraza alternativamente a China mientras se debate sobre la cuestión de cómo derrotarla. Y parece preferir a Putin a la OTAN. Así, el orden mundial liberal es derrotado.
Deshacer el liberalismo del siglo XX
A nivel interno, Trump deshará el liberalismo del siglo XX manteniendo las reducciones de impuestos que había concedido a las empresas y a los ricos, expulsando a las y los inmigrantes, anulando las leyes de derechos civiles y poniendo fin a la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) que fomentaban la equidad en el lugar de trabajo para todas las razas y géneros. Trump ha prometido utilizar el Departamento de Justicia y el FBI para atacar a sus enemigos políticos del Partido Demócrata y a la prensa. Está dispuesto a declarar una emergencia nacional y movilizar al ejército.
Trump promete aumentar la producción de petróleo y poner fin a todos los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Frente a todo esto, la mitad del país permanece a la izquierda, pero el ambiente es de derrota, resignación, desmoralización y miedo. Medio millón de personas protestaron contra su elección en Washington en 2017, este año solo alrededor de 5.000. ¿Qué va a hacer realmente Trump ahora que está en el poder? ¿Y cómo reaccionará el pueblo estadounidense? ¿Y cuál es el papel de la izquierda?
Semanario L’Anticapitaliste – 738 (23/01/2025)
https://lanticapitaliste.org/actualite/international/apres-linvestiture-de-trump-quelle-reaction
Traducción: Faustino Eguberri