(del Boletín Sindical de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania n 12 sept 2024) /1
[La solidaridad con el pueblo ucraniano tiene que tener en cuenta múltiples factores. Como siempre, el dinero es el nervio de la guerra. La ayuda occidental a Ucrania, timorata, medida y calculada para que no pueda derrotar abrumadoramente a la Rusia del autócrata y provocar su crisis política tiene una vertiente “compensatoria”. A las empresas occidentales que salvan las sanciones con medidas como cambios de titularidad, testaferros, terceros países intermediarios, etc hay que añadir que, discretamente, Rusia sigue consiguiendo cantidades enormes de dinero para financiar su guerra del tráfico de hidrocarburos que en parte se da a través de Santurce. A este tema se dedica el artículo que reproducimos a continuación del Boletín Sindical de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania n 12 sept 2024].
El esfuerzo bélico ruso se financia abrumadoramente con las exportaciones de
combustibles fósiles, que representaron el 63% de los ingresos rusos por exportaciones en 2022.
Según Razom We Stand /2, la campaña ucraniana contra las exportaciones de combustibles fósiles rusos y por la sostenibilidad energética, «desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia gana casi 1.000 millones de euros diarios vendiendo petróleo y gas a Europa. Sin un embargo real sobre los combustibles fósiles rusos, la guerra en Ucrania nunca terminará».
Aunque los países de la UE han reducido sus importaciones de combustibles fósiles rusos desde febrero de 2022 (más de la mitad en valor durante ese tiempo), la UE sigue siendo su segundo mayor importador, sólo por detrás de China.
De hecho, las importaciones de GNL de la UE han aumentado. Según un artículo publicado el 12 de abril en el diario económico español El Economista /3, «una décima parte del gas ruso que antes iba a la UE por gasoductos llega ahora en buques cisterna».
El artículo cita un informe de S&P Global según el cual «Europa seguirá dependiendo del gas ruso», dependencia que ya ha aumentado en el primer trimestre de 2024 del 13% al 16% del total de las importaciones de combustibles fósiles.
Según el análisis mensual de agosto de 2023 de las exportaciones y sanciones de combustibles fósiles rusos /4 del Centro de Investigación de la Energía y el Aire Limpio (CREA), Francia, España y Bélgica son los principales países importadores de GNL ruso de la UE, y España representa el 32% de todos los envíos. España ha aumentado sus importaciones porque dispone de siete plantas de regasificación, a menudo infrautilizadas (el 27% de la capacidad total de la UE y el Reino Unido).
Según David Lewis, analista de GNL de S&P Global, no hay probabilidades de que esta tendencia cambie porque el Gobierno español, dirigido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), no intervendrá para anular contratos entre empresas privadas.
La premisa de este argumento es en parte falsa: la propiedad de la planta de regasificación del puerto de Bilbao no es totalmente privada, sino que la comparte el Ente Vasco de la Energía (EVE) /5 con la empresa privada Enagás. Sin embargo, incluso si la industria del gas fuera 100% privada, un gobierno progresista podría actuar sobre la base de que la reducción de la financiación de la guerra de Rusia contra Ucrania es una prioridad mayor que la obtención de beneficios por parte de los gigantes de los combustibles fósiles
Sólo en los ocho primeros meses de 2024, los importadores españoles pagaron a los
exportadores rusos 1.400 millones de euros por el GNL, frente a los 1.000 millones de euros en ayuda militar y general que el Gobierno español ha comprometido con Ucrania para todo 2024.
Para la UE en su conjunto, CREA calcula que Rusia ha acumulado hasta la fecha 194.000 millones de euros en ingresos totales por combustibles fósiles desde el inicio de la guerra, frente a los poco más de 116.000 millones de euros /6 en ayuda financiera, militar, humanitaria y a los refugiados que la UE y sus Estados miembros han puesto a disposición de Ucrania.
Según CREA /7: «Se debería hacer mucho más para limitar los ingresos por exportaciones de Rusia y constreñir las arcas de guerra del Kremlin. Esto incluye reducir el tope del precio del petróleo, aumentar la vigilancia y la aplicación de las sanciones, y prohibir los combustibles fósiles no sancionados, como el GNL y los combustibles de oleoductos que están legalmente permitidos en la UE.»
CREA no dice cuántos miles de millones podría haber sacado de las arcas del Kremlin la aplicación estricta de estas medidas, pero afirma que «un tope de precios más bajo, de 30 dólares por barril (todavía muy por encima del coste de producción de Rusia, que se sitúa en una media de 15 dólares por barril) /7, habría recortado los ingresos rusos por exportación de petróleo en un 25% (66.000 millones de euros) desde que se impusieron las sanciones en diciembre de 2022 hasta finales de agosto de 2024″.
La tarea de los sindicatos solidarios con Ucrania es conseguir apoyo para el tipo de medidas propuestas por CREA y Razom We Stand. Deberíamos promover campañas prácticas a nivel nacional que puedan reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles rusos y también -un subproducto enormemente positivo- acelerar la transición hacia alternativas energéticas ecológicamente sostenibles.
ENSU ya ha participado en dos campañas de este tipo: la primera, la exitosa lucha de amplia base para poner fin al transbordo de GNL en el puerto belga de Zeebrugge, y la segunda, la campaña de la Ukraine Solidarity Campaign Scotland para impedir que la empresa Seapeak, con sede en Glasgow, transportara GNL ruso desde Siberia.
Queremos contribuir al desarrollo de campañas amplias similares siempre que sea posible e instaremos a las organizaciones sindicales de todos los niveles a que se unan a ellas.
Notas
1/ https://laboursolidarity.org/n/2970/boletin-sindical-de-la-red-europea-de-solidaridad-con-ucrania .
2/ https://razomwestand.org/en/homepage
5/ https://www.eve.eus/Corporativo/Quienes-somos?lang=en-gb