Dan La Botz

Detrás de sus pretensiones de encarnar la paz, Donald Trump multiplica los actos militares y las amenazas de escalada. Rebautizando el Departamento de Defensa como Departamento de Guerra, muestra su voluntad de una América más beligerante tanto en el exterior como en el interior.
Donald Trump ha rebautizado el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que ahora se llama Departamento de Guerra. Este cambio de nombre sugiere que Trump quiere un país aún más orientado a la guerra, a pesar de sus afirmaciones de que sería un constructor de la paz. En realidad, la administración Trump ya tiene un historial impresionante en acciones militares.
Un “artesano de la paz” con balances inexistentes
Trump prácticamente suplicó que le dieran el Premio Nobel de la Paz, afirmando que había puesto fin a seis o siete guerras en diferentes países. Dice que ha establecido relaciones pacíficas entre Israel e Irán, Ruanda y la República Democrática del Congo, Armenia y Azerbaiyán, Tailandia y Camboya, India y Pakistán, Egipto y Etiopía, así como Serbia y Kosovo. Sin embargo, ninguno de estos conflictos se ha resuelto realmente. Y no hizo nada para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania y a la guerra de Israel contra Gaza.
De Irán a Venezuela, Trump siembra la guerra
El autoproclamado presidente de la paz en realidad se ha entregado a numerosos actos violentos y guerreros. En enero de 2020, Trump ordenó un ataque con drones que mató al general iraní Qassem Soleimani en Bagdad, sin la aprobación del Congreso ni del gobierno iraquí, cuando Estados Unidos no estaba en guerra con Irán. En junio de 2025, durante la guerra israeloiraní, la aviación y la marina estadounidenses atacaron tres instalaciones nucleares iraníes, sin declaración de guerra.
Más recientemente, Trump hundió un «barco de drogas venezolano», supuestamente vinculado al cártel Tren de Aragua, sin pruebas y en contra del derecho internacional, causando la muerte de 11 personas. Su gesto, aclamado por el senador Lindsey Graham, fue presentado como una advertencia, y Trump prometió más ataques similares con su equipo.
En el Caribe, la Marina de Estados Unidos ha reforzado su presencia con ocho buques de guerra y un submarino, mientras que Trump ha duplicado a 50 millones de dólares la prima por la detención del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusa de narcotráfico. Hay quienes temen una guerra abierta, sobre todo porque Trump también ha mencionado la idea de apoderarse de Groenlandia o “recuperar” Panamá.
Ataques externos y militarización interna
Trump ha permitido durante meses ataques militares no mediatizados en varias partes del mundo. El proyecto ACLED (Armed Conflict Location and Event Data Project/Proyecto de datos de ubicación y eventos de conflictos armados) informó este mes que, desde su regreso a la presidencia, Estados Unidos ha llevado a cabo 529 ataques aéreos en 240 lugares diferentes en Oriente Medio, Asia Central y África. Esta cifra se acerca al total de 555 ataques realizados por la administración de Joe Biden durante todo su mandato de 2021 a 2025.
Pero Trump no solo quiere emplear al ejército en el extranjero: también se prepara para hacer la guerra al pueblo estadounidense. Ahora planea enviar tropas a Chicago, como ya lo hizo en Los Ángeles y Washington D.C. Trump publicó: “Chicago pronto descubrirá por qué se llama el Departamento de GUERRA”.
Trump se está convirtiendo en un dictador agresivo, tanto fuera como dentro, y le corresponde al pueblo detenerlo.
Semanario L´Anticapitaliste – 766 (11/09/2025)
Traducción: Satorzulogorria
