Dan La Botz//
Donald Trump ha aprovechado la crisis presupuestaria, que dura ya más de un mes y ha provocado el cierre (shutdown) del gobierno federal, para poner fin a la financiación de programas de asistencia social que proporcionan alimentos y educación a decenas de millones de personas de bajos ingresos.
Los republicanos y los demócratas del Congreso no han podido ponerse de acuerdo sobre el presupuesto federal, principalmente porque los demócratas se niegan a votar un nuevo presupuesto sin la garantía de que se mantenga la Affordable Care Act (ACA), que proporciona cobertura de seguro de enfermedad a 44 millones de estadounidenses.
Aumento vertiginoso del precio de los seguros
El período de suscripción de los contratos de seguro ACA comenzó el 1 de noviembre, pero muchos se sorprendieron al ver que sus cantidades habían aumentado, a veces de manera astronómica. Una persona soltera que ganaba 32.000 dólares al año y que pagaba 58 dólares al mes ahora tendrá que pagar unos 180 dólares, lo que supone un aumento de 1.468 dólares al año. Del mismo modo, una familia de cuatro personas que gana 66.000 dólares al año podría ver su contribución aumentar de aproximadamente 121 dólares a 373 dólares al mes, lo que supone un aumento de unos 3.025 dólares al año.
Para proteger a sus votantes de este aumento de costos, los demócratas se negaron a votar el presupuesto, lo que provocó el shutdown, el “cierre del gobierno”. Trump aprovechó la oportunidad para seguir financiando los programas que le gustan, como el ejército y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), mientras elimina otros programas.
Recortes en la financiación de la ayuda alimentaria
Trump eliminó así los fondos destinados al programa de ayuda alimentaria adicional (SNAP), conocido como «cupones de alimentos», que proporciona alimentos a 42 millones de personas con bajos o sin ingresos, es decir, el 12,5% de la población estadounidense. La mayoría son niños, ancianos o personas con discapacidad. En los Estados Unidos, la pobreza y las desigualdades económicas son endémicas. Solo en Nueva York hay 100.000 niños de familias sin techo.
El programa distribuye más de 90 mil millones de dólares al año, es decir, alrededor del 10% de todos los gastos en alimentos, lo que beneficia a las tiendas de alimentación. En algunos barrios los clientes de las tiendas familiares pueden ser entre el 75 y el 90 % beneficiarios de cupones de comida. El programa SNAP también subvenciona a los agricultores y, por lo tanto, beneficia a las comunidades rurales.
Los jueces federales han ordenado a Trump que financie el SNAP utilizando el fondo de reserva de seis mil millones de dólares, pero Trump ha rechazado esta solicitud.
Recortes en la financiación de la educación
Trump también ha dejado de financiar alrededor del 10% del programa Head Start, un programa de educación preescolar dirigido a 750 000 niños de familias de bajos ingresos. Head Start también proporciona alimentos y servicios de salud a estos niños.
El primer programa estadounidense de cupones de comida se puso en marcha en 1939 bajo la presidencia del demócrata Franklin D. Roosevelt, y el programa actual comenzó en 1964, bajo la presidencia del demócrata Lyndon B. Johnson. El programa Head Start fue creado por el presidente Johnson en 1965. Estos programas fueron creados por los demócratas, pero muchos de sus beneficiarios son republicanos, y los recortes presupuestarios de Trump también les perjudicarán.
Muchos de los y las que se manifestaron el 18 de octubre en las manifestaciones de No Kings (no queremos reyes) organizadas en 2.700 ciudades y pueblos y que reunieron a siete millones de manifestantes blandieron carteles criticando el ataque de Trump contra los trabajadores y los pobres. Y este mes habrá elecciones para gobernadores y legisladores de los Estados, así como seis elecciones especiales al Congreso para reemplazar a los representantes que han dimitido o han fallecido. Veremos cómo afectará el último acto de crueldad de Trump a estas elecciones.
7/11/2025
Traducción: Satorzulogorria