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“Están preparando el terreno para que la gente se vaya”

Rami Abou Jamous *//

Martes 25 de marzo de 2025.

Ciudad de Gaza, 21 de marzo de 2025. Una niña palestina desplazada recoge libros de la universidad islámica destruida para utilizarlos como combustible para cocinar, en la ciudad de Gaza, el 21 de marzo de 2025. La agencia de defensa civil de Gaza dijo el 25 de marzo que 792 personas habían muerto desde que se reanudaron los bombardeos el 18 de marzo. Según la ONU, más de 142.000 habitantes han sido desplazados desde la reanudación de los bombardeos israelíes. Omar AL-QATTAA / AFP

Llevamos una semana reviviendo el infierno. Después de la decisión de Netanyahu de reanudar la guerra en Gaza, o contra Gaza, es esta palabra “infierno” la que todo el mundo está volviendo a utilizar. Comenzó con el presidente Trump, que amenazó a la población de Gaza con el infierno. Después fue retomada por Israel Katz, el ministro de guerra, y ahora Netanyahu. Al parecer, todo el mundo está de acuerdo en hacer de la vida de los habitantes de Gaza una vida infernal. Y eso es exactamente lo que sucedió hace una semana, cuando recomenzó la guerra. Hay objetivos en todas partes, bombardeos en todas partes. La forma en que reanudaron la guerra fue una sorpresa, pero no fue una sorpresa que se reanudara porque todo el mundo sabe que Netanyahu lo necesita. Una vez que se detiene, es su vida política la que se detiene. Y por eso sabíamos muy bien que iba a reanudar la guerra. Sabíamos muy bien que tenía luz verde por parte de Trump. Antes, la administración estadounidense cerraba los ojos ante el genocidio cometido por Netanyahu y su ejército. Esta vez, tiene los ojos abiertos. No solo da armas, sino que también amenaza a la población de Gaza.

Así que estaba claro que la guerra se reanudaría, pero todavía está el efecto sorpresa de escuchar los F-16 a las 2 de la mañana con 80 ataques en tres segundos, en tres minutos. Sobre todo porque a las 2 de la mañana es la hora de la zahora. Es el momento de comer un poco antes de comenzar el ayuno durante el mes de Ramadán, ya que estamos en el mes de Ramadán. Y precisamente, Sabah y yo estábamos preparando algo para comer. No hay mucho que comer porque hace más de tres semanas que nada entra en Gaza. Tenemos suerte de tener un poco de harina para hacer un poco de pan y que la panadería de al lado siga funcionando. Tres cuartas partes de las panaderías de la Franja de Gaza dejaron de funcionar debido a la falta de harina, pero también de combustible.

A las 2 de la mañana, había calma total. Y de repente, empezaron a caer bombas a solo 500 metros de mi casa. Era un edificio al lado del Comité Internacional de la Cruz Roja. Walid se sobresaltó. Dormía y Ramzi también. Walid vino inmediatamente a mis brazos y fue la primera vez que escuché la palabra “miedo” de su parte. Es la primera vez que me dice: “Papá, tengo miedo. Se quedó en mis brazos. La torre donde vivimos ha temblado. El cielo se ha vuelto rojo y amarillo.

Y nosotros, lamentablemente, no tenemos cristales porque fueron destruidos por las explosiones durante la guerra. Mis amigos pusieron plástico en su lugar y con plástico se oye muy bien el sonido y se ve muy bien lo que está pasando al otro lado. Así que se ve como el cielo se ha vuelto amarillo. Intenté tranquilizar a Walid, de hacer el payaso como siempre. Funcionó. Pero Walid empieza a entender y, sobre todo, hace preguntas. Me dijo: «¿Papá, qué es? Es la primera vez que usa la palabra bombardeo porque ha escuchado mucho esa palabra. Y sobre todo: «¿Quién hace esto y por qué lo hacen? Le respondo: «No es nada baba, son fuegos artificiales, son los aviones cuando van muy rápido, hay un gran ruido, pero es gente que hace paracaidismo. Eso no le tranquilizó. Me miró a los ojos y me dijo: «Sé que mientes, papá, pero bueno, sé que estás aquí”. Por lo tanto, es un peligro controlable.

“No quiero que Walid entienda todo esto tan pronto”

Nos reímos de nuevo. Pero el problema es que ahora Walid empieza a entender y a hacer preguntas. He intentado posponer ese momento durante un año y medio, para que siempre permanezca en este mundo paralelo que he creado para él. Pero ahora, aparentemente, hay que enfrentarse a la verdad. No sé cómo hacerlo.

Sobre todo porque los bombardeos son demasiado fuertes. Los hay todos los días. Y todo el mundo discute sobre el tema. Escucha a su madre cuando habla por teléfono, cuando recibe llamadas diciendo “sí, han bombardeado aquí y allá”. Así que la palabra bombardeo se queda en su cabeza. Y sobre todo para él, es: «¿Quién hace esto y por qué lo hace?” Estas son las preguntas a las que no puedo responder, porque no quiero decirle la verdad, no quiero asustarle y sobre todo no quiero que empiece a hablar del conflicto a su edad; pero la mayoría de los niños y niñas, por desgracia, hablan de ello. Saben muy bien quién hace esto, quién hace estos genocidios y masacres contra sus familias. Intento posponer todo esto para más adelante, para que Walid viva una vida un poco normal, para no tener miedo y sobre todo para no guardar rencor contra los agresores y contra los israelíes, porque no quiero que empiece a entender que hay un enemigo que quiere matarnos, que quiere deshacerse de nosotros y que quiere echarnos de nuestro territorio. No quiero que Walid entienda todo esto tan pronto. Por el momento, lo he conseguido, pero no sé si durará con la guerra que se ha reanudado. ¿Siempre lograré ocultar la verdad y hacerle vivir en un mundo paralelo? El problema de estos bombardeos es que son tan fuertes que el miedo está por todas partes.

Walid no es el único que tiene miedo. Todos mis amigos tienen miedo. Todo el mundo me llama porque he vuelto a nuestro edificio y siempre me toman por el periodista que lo sabe todo. Tengo llamadas telefónicas que me preguntan «Entonces, ¿cómo lo ves? «, «¿Es solo una escalada? «, «¿Continuará?” Esta vez le he dicho a la gente la verdad tal y como es. No he mentido para animarlos. He dicho que tienen luz verde y que normalmente harán todo lo posible para hacer que nos vayamos de nuestra Palestina. Lo he dicho con mucho dolor en el corazón, pero así es como veo el futuro. Ya había entendido las intenciones de Netanyahu desde el primer día de la guerra y que íbamos a terminar en el Sinaí. Y ahora, por desgracia, es Trump quien habla de eso. Trump quiere hacer que me vaya. Hay un silencio de todo el mundo, aunque haya alguna muestra de indignación, en el mejor de los casos alguna condena, pero no hay acción. Así que, ahora es Trump quien decide y Netanyahu está usando esta luz verde para hacer lo que quiere y, sobre todo, para terminar de echarnos de esta tierra.

“Con la destrucción todo se ha vuelto más pequeño”

Recientemente han creado un departamento en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, un departamento para la emigración «voluntaria» de los palestinos de Gaza, para enviarnos a otro lugar, para facilitar la tarea y para encontrar un lugar al que llevarnos. Para llegar a esto, para que la gente se desarraigue de este país, de este pedazo de tierra de Palestina, hay que transformar esta vida en un infierno. Los bombardeos no paran. Estamos estrangulados por el bloqueo. Ya no nos llega nada Los primeros días del Ramadán, teníamos algunas pequeñas reservas, pero solo nos quedan unas pocas latas. Es un poco lo que vivimos el pasado Ramadán cuando estuvimos en Rafah: algunas latas. Y de nuevo, tenemos la suerte de encontrar latas o de tener la oportunidad de comprarlas. Mucha gente, por desgracia, no tiene esa suerte. Todavía vive con los llamados tequia – los restaurantes del corazón – creados por asociaciones o por personas que quieren hacer el bien. Hacen comida, especialmente para las y los desplazados.

Hoy, con las nuevas órdenes de evacuación del Norte, la gente se ve obligada a irse de sus casas. Y cuando digo sus casas, en realidad son tiendas de campaña porque la mayoría de las personas que viven en el norte ya se habían visto obligadas a trasladarse al sur. Cuando regresaron, vieron que el 80%, el 95%, tal vez el 100%, de sus edificios habían sido bombardeados, derribados. Así que están todos y todas bajo tiendas de campaña, encima de los escombros. Son obligados a venir a Gaza. Vemos los flujos de personas que pasan a pie, porque no hay combustible. A veces vienen con carros tirados por animales. Vinieron a la ciudad de Gaza, pero no hay ningún lugar vacío. No es como en el sur o en Al-Mawasi, donde vivían en terrenos baldíos junto a la playa. Gaza ya está superpoblada, sobreconstruida. Con la destrucción, todo se ha reducido. Así que no hay sitio. Por eso vemos tiendas de campaña por todas partes. En las calles, en los escombros, en casas medio destruidas, en casas que corren el riesgo de derrumbarse… Pero no tienen otra opción.

La mayoría de mis amistades no quieren volver al sur por varias razones. La primera es que no pueden permitirse ir al sur. Si quieren irse, tendrán que hacerlo a pie. La carretera Salaheddine fue cortada por el ejército de ocupación. Era el camino que tomábamos en coche para ir de norte a sur y viceversa. Hoy en día la única vía que conecta el norte con el sur es la carretera costera Al-Rachid, que solo se puede recorrer a pie. Imaginad niños, mujeres, ancianos, heridos, enfermos que quieren ir al sur a pie. Y cuando digo a pie, estamos hablando de un mínimo de siete kilómetros para llegar justo a Wadi Gaza, junto al campo de refugiados de Nusseirat.

“La cuestión palestina ya no es una cuestión política, sino una cuestión humanitaria”

La situación va de mal en peor, y se está agravando. Y todo esto está planeado para llegar al final: hacer salir a todas y todos los palestinos de este pedazo de tierra. Estamos estrangulados por la hambruna, estamos estrangulados por los bombardeos, estamos estrangulados por la falta de agua, estamos estrangulados por la falta de todo. Todo esto para que al final, si se encuentran barcos para hacernos ir, la gente los tome para ir a otro lugar, para que sus hijos e hijas tengan una vida mejor. Por supuesto, dirán que fue por razones “humanitarias”. Siempre escucharemos esta palabra: “humanitario”. Porque nuestra cuestión palestina ya no es una cuestión política, sino una cuestión humanitaria.

También es para decir que es una salida voluntaria. “Son las y los palestinos quienes han elegido hacer eso, no fuimos nosotros los que los empujamos. Es una forma de decir: os matamos, os masacramos, os bloqueamos, no os damos ni comida ni bebida, y luego si queréis iros, podéis iros, pero no os hemos forzado, sois vosotros quienes quereis iros. Y todo esto se hace lentamente. Es decir, no es de inmediato, pero el ejército está preparando los pasos para llegar a esto. Hoy ya no hay ayuda humanitaria, así que estoy seguro de que en los próximos días será el propio ejército israelí el que distribuirá esta ayuda humanitaria. Eso es lo que quería hacer desde hace mucho tiempo. Lo mismo para “el plan de los generales” que quería vaciar todo el norte del territorio para poder anexionarse las tierras. Son las declaraciones de Katz. Lo dijo claramente: vamos a anexionar tierras, vamos a distribuir ayuda humanitaria. Así que este es realmente el proyecto que quería implementar desde hace mucho tiempo. Pero Trump lo detuvo cuando impuso el alto el fuego. Ahora se reanuda porque tienen esa luz verde.

La situación se vuelve cada vez más dura, cada vez más “gatastrófica” para la gente. Preparan el terreno para que la gente se vaya. En las discusiones con la gente o amistades de mi alrededor, nadie quiere irse. Por supuesto, hay una parte que quiere irse porque quiere huir de la guerra, huir de la muerte, huir del hambre, tener una vida mejor para sus hijos e hijas, que tengan una educación. Hace dos años que no van a la escuela ni a la universidad. Walid tenía que estar en la guardería. Ya no hay guardería. Así que hay personas que eligen irse porque quieren una vida mejor para sus hijos y para ellas. He dicho que hay mucha gente a mi alrededor que quiere quedarse, que no quiere irse. Pero me preguntan «¿este proyecto realmente se nos va a imponer o habrá una opción para salir o no?” Respondo que siempre está la zanahoria y el palo. Tendrás la zanahoria al principio, pero después terminará con el palo.

“Lo que está pasando en Gaza es lo que está pasando en Cisjordania”

Netanyahu está por encima de la ley, no solo de la ley internacional, sino también de sus propias leyes. Hay mucha gente israelí que pide detener la guerra por varias razones. La primera es liberar a las y los prisioneros israelíes. No quieren que estos prisioneros mueran en Gaza. Si no hay comida, no van a tener comida. Si toda la población es bombardeada, son bombardeados. Así que quieren que esta guerra termine. Pero Netanyahu no escucha a nadie y tiene la mayoría en el Parlamento. No solo tiene la mayoría, sino que también ha hecho todos los chanchullos necesarios para eliminar a sus posibles oponentes: el jefe del ejército, el jefe del Shin Bet, la fiscal general. Todo esto para seguir siendo el rey de Israel y para terminar el desplazamiento de los palestinos.

Lo que está sucediendo en Gaza es exactamente lo que está sucediendo en Cisjordania. Pero nadie habla de lo que está pasando allí, especialmente en los campos de refugiados. En Nablus, en Tulkarem, en Jenin, ocurre lo mismo: los desplazamientos, la destrucción de las casas y la orden de evacuación, los asedios, hacer de sus vidas un infierno dentro de los campos de refugiados. Porque los israelíes saben muy bien que la cuestión palestina es la cuestión de los refugiados, hombres y mujeres. Por eso atacan a las y los refugiados, a los campos de refugiados, porque es el símbolo de la cuestión palestina, el símbolo del derecho al retorno, el símbolo de la liberación de Palestina y de su voluntad de tener un Estado palestino. Desafortunadamente, con este silencio, Netanyahu hace lo que quiere para que nosotros, los palestinos, aceptemos vivir, como, por ejemplo, en Cisjordania, en cantones y ciudades separadas con una administración local. Como pequeños pueblos autónomos. Y en Gaza, hacer desaparecer la población de Gaza y anexionarse el territorio. Y así considerarán que la cuestión palestina está resuelta.

Quiero decirle a Netanyahu que puede hacer la guerra y todas estas masacres, pero no puede borrar la existencia de las y los palestinos. Los palestinos existen aquí desde hace mucho tiempo, e incluso en el momento en que dicen que los judíos estaban allí. Es cierto, los judíos estaban allí, pero los judíos eran palestinos. Y la presencia palestina no tiene nada que ver con la religión. Netanyahu quiere hacer del Estado de Israel un Estado religioso y un Estado solo para los judíos. Pero los palestinos siempre han estado ahí, ya sean palestinos judíos, palestinos cristianos y, finalmente, palestinos musulmanes. Pero los palestinos siguen ahí. Las otras guerras no pudieron borrar a los palestinos y no creo que Netanyahu logre hacerlo.

25/03/2025

https://orientxxi.info/dossiers-et-series/les-camps-de-refugies-sont-le-symbole-de-la-question-palestinienne,8117

Traducción: Faustino Eguberri

* Rami Abou Jamous escribe su diario para Orient XXI. Fundador de GazaPress, una oficina que proporcionaba ayuda y traducción a los periodistas occidentales, tuvo que abandonar su apartamento en Ciudad de Gaza en octubre de 2023 con su esposa Sabah, sus hijos y su hijo Walid, de dos años y medio, bajo la amenaza del ejército israelí. Refugiada desde entonces en Rafah, la familia tuvo que trasladarse a Deir El-Balah y más tarde a Nusseirat, atrapados como tantas familias en este enclave miserable y superpoblado. Un mes y medio después del anuncio del alto el fuego, Rami finalmente está de vuelta en casa con su esposa, Walid y el recién nacido Ramzi. Por este diario de a bordo, Rami recibió el premio de la prensa escrita y el premio Ouest-France en el Premio Bayeux para corresponsales de guerra. Este espacio está dedicado a él (en orientxxi) desde el 28 de febrero de 2024 (en Viento Sur están publicadas algunas de sus crónicas https://vientosur.info/author/jamous/ ; el anterior número de su diario, el 82, escrito unas horas antes de que se reanudase la guerra, se puede leer en

https://satorzulogorria.org/diario-de-gaza-82/.